Una clase dinámica

 Como todos sabemos siempre hay ciertas asignaturas que nos gustan más que otras. ¿Porqué no hacemos que acudir a la clase de música sea algo divertido y les encante?. Como profes tenemos dos opciones: hacer nuestras clases teóricas y aburridas y que los alumnos odien acudir a ellas, o hacer de nuestras clases un juego y que a la vez aprendan y se diviertan. Yo sin duda elijo la segunda opción.

Para empezar podemos hacer una disposición de la clase en forma de semicircular, es decir, ordenar las sillas en las que se van a sentar nuestros alumnos como si se tratase de una orquesta. A medida que los niños van entrando al aula se van sentando donde ellos quieran, según su sitio les corresponderá ser un instrumento u otro, y por lo tanto pertenecerán a una familia u otra. En la primera clase les enseñaremos los tipos de familia que existen y qué instrumento tocarían dependiendo de donde estén sentados. Al día siguiente les pediríamos que se volviesen a sentar en el mismo sitio que el día anterior y será ahora cuando les preguntemos uno a uno que si recuerdan que instrumento tocarían y a que familia pertenecen. Como variación, podemos cambiar a los alumnos de sitio, de esta manera irán aprendiendo otros instrumentos, familias, y su disposición dentro de la orquesta. Esta dinámica puede resultar un poco complicada al principio pero una vez se hayan familiarizado con los conocimientos será algo divertido.

Como dato curioso podríamos contar a nuestros alumnos qué es un diapasón y para que sirve (instrumento metálico que al vibrar produce un tono determinado y es utilizado para la afinación de instrumentos musicales), además, añadir que el oboe se considera el diapasón de la orquesta ya que es el que antes se adecúa a la temperatura exterior.

Por otro lado, ya hemos explicado en la entrada "Lenguaje Musical" qué son las notas musicales y qué es un pentagrama. Ahora es momento de traspasar esa información a nuestros alumnos. Como es prácticamente imposible que dispongamos de un piano para cada uno, ¿porqué no crean cada uno de ellos el suyo?. Repartimos un folio por alumno y dibujando nosotras las teclas de un piano en la pizarra ellos las tendrán que dibujar en el folio. Nosotras como profesoras les enseñaríamos las distintas notas y su disposición en el piano. Poco a poco nuestros alumnos irán aprendiendo cada una de ellas. Una vez hayan asimilado un poco los conocimientos es hora de jugar ya que de esta manera es cuando reforzando los conocimientos se aprenden de verdad. El juego comenzaría de forma sencilla, la profesora diría una nota en alto y los niños en su piano buscarían esa tecla y la pulsarían, mientras nosotras en el piano de verdad tocaríamos esa nota para que se familiaricen con el sonido. Una vez hayamos repetido esto varias veces con cada una de las notas es hora de ponerles por parejas. Repetiríamos lo mismo pero esta vez compartirían opiniones y conocimientos sobre si creen que su compañero está en lo cierto o no. Ya para finalizar, la parte más complicada es llamar a los niños uno a uno y con ayuda de su piano acercarse al piano de la profesora y con su ayuda intentar tocar la tecla que ella les indica.


 


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