Toca, canta y baila

Cantar es una de las cosas fundamentales en infantil ya que ayuda que los pequeños a potenciar su lenguaje. Además, estimula el aparato fonatorio y mejora la memoria ya que deben retener las letras. Por otro lado, es una actividad estupenda para fomentar el reconocimiento de sonidos y la atención.

Para llevar a cabo todo ello en infantil debemos tener en cuenta la edad de nuestros alumnos. Con niños de dos o tres años lo mejor es enseñarles las canciones enteras, cantarlas con ellos y acompañarles. A los niños un poco más mayores podemos dejar que vuele su imaginación. Por ejemplo, podemos componer una canción combinando una letra que ya conozcan y creando una nueva melodía. Ofrecerles una melodía y que intenten inventarse una letra. También, podemos platearles distintas letras sin melodía. Después, entre todos crear distintas melodías con la misma letra.

La música en los niños tiene multitud de beneficios fundamentales, de los que voy a destacar los siguientes:

1. Fomenta la socialización ya que les ayuda a expresarse y es muy utilizada en niños con autismo ya que ayuda a mejorar su habilidades comunicativas.

2. Ayuda a mejorar su expresión corporal, la discriminación auditiva y coordinación motora. Unir la música y la danza es una fantástica terapia para tratar problemas musculares con los niños.

3. Potencia las funciones cognitivas: creatividad, imaginación, asimilación de conceptos... en definitiva, mejora su concentración.

4. Fortalece problemas emocionales haciendo que se sienta más seguro y confiado en sí mismo.

5. Estimula el desarrollo cerebral ya que se activan numerosas áreas cerebrales.


A todo lo anterior le podemos añadir aún más cosas. ¿Por qué no añadir instrumentos?. Podemos ofrecerles la posibilidad de tocar algún instrumento como panderetas, maracas, tambores... Marcándoles ciertas pautas dependiendo de la edad podremos conseguir melodías estupendas. 

Y... ¿por qué no añadir finalmente danza a nuestra creación?. Podemos hacerlo por pequeños grupos, en gran grupo, dejándoles que vuele su imaginación, creando paso sencillos y no tan sencillos que los niños deban recordar. 

Todo ello podría ser el principio de la creación de algo espectacular para fin de curso, por ejemplo. Nosotros como profesores podremos ir observando con el paso de los días y teniendo en cuenta las inteligencias múltiples, qué función puede desempeñar cada uno de nuestros alumnos. ¿Quién canta, quién toca y quién baila?. Es solo cuestión de tiempo e ir impulsando cada una de sus cualidades individuales.





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